CIUDAD DE MÉXICO, 14 de julio.- El tráfico nos tiene fastidiados a todos los que circulamos en la Ciudad de México y su zona metropolitana, no obstante que los datos oficiales estiman tiempos promedio de viaje de 26 y 20 minutos en promedio para viajes locales en el Distrito Federal, y de 56 y 42 minutos para viajes hacia el Estado de México, en transporte público y automóvil, respectivamente, el tiempo aproximado que se pierde es de dos horas , lo cual demerita nuestra calidad de vida en lo individual y en la convivencia social.
Al automovilista le molesta que todos los días, y casi a todas horas, la ciudad se convierta en un gran estacionamiento que pareciera no tener solución, nuestra velocidad de tránsito se ha reducido de 24 a 17 km/h en promedio diario, y en horas de máxima demanda, en tramos y condiciones críticas, se registran velocidades de 12 y hasta ocho km por hora.
El problema del tráfico, si bien es cierto es causado por el excesivo número de vehículos, se revierte ya que son precisamente los conductores, que hacen uso y abuso del automóvil, los más perjudicados. El predominio de los autos particulares en la vialidad y que de acuerdo a la encuesta de origen-destino 2006 realizada por el INEGI sólo movilizan 21 por ciento de los viajes que se realizan en la ZMVM, confirman que el modelo para garantizar la movilidad de la ciudad está agotado o no es el más acertado, por lo que urge encontrar un nuevo balance para el mejor aprovechamiento del espacio vial disponible y generar nuevos escenarios de convivencia más racional, entre los autos particulares que mueven tan sólo a 1.6 personas por vehículo, con el transporte público de superficie (autobuses, microbuses y taxis) en el que se mueven la gran mayoría de los usuarios, y que son al mismo tiempo la causa de congestionamiento en un sinnúmero de lugares en la red vial, tales como: paradas, bases y centros de transferencia modal, que cabe señalar, se encuentran en condiciones lastimosas.
Si bien es cierto que el Metro de la Ciudad de México es motivo de orgullo y de reconocimiento internacional, también es cierto que la red de 11 líneas en operación, presenta deficiencia de origen en su planeación, ya que tres de ellas (líneas 1, 2 y 3) cubren 54 por ciento de su demanda total de cinco millones de usuarios que se transportan en este sistema diariamente, y cuatro de ellas (líneas 4,5,6 y 7) se encuentran francamente subutilizadas por no cumplir con las necesidades de origen-destino de los usuarios, además de la falta de inversión para la adquisición de nuevos trenes, mantenimiento y actualización de su infraestructura, que hace que los usuarios tengan quejas por la falta de una frecuencia de trenes adecuada principalmente en las horas llamadas pico, a pesar de lo anterior, el tráfico no le afecta a aquellos que se trasladan en el Metro cuya velocidad comercial promedio es de 30 km/h y en ese sentido tienen esa gran ventaja.
¿Pero cómo llegamos a los actuales niveles de congestión y caos vial, y cuál es el futuro de la ciudad en materia de tráfico urbano?
Falta de planeación El crecimiento desmedido de la ciudad hacia la periferia y a los municipios metropolitanos del Estado de México, tales como Nezahualcóyotl, Chalco, Chimalhuacán e Ixtapaluca, al oriente de la ciudad, generan un tránsito inicialmente matutino y vespertino, y que ahora se prolonga a lo largo del día, saturan la calzada Ignacio Zaragoza, Ermita y el Eje 10 Sur , los municipios de Ecatepec, Tecámac, Tulti-tlán, Coacalco y Zumpango hacen insuficiente la capacidad de las avenidas 408, Centenario-Ferrocarril Hidalgo, Eduardo Molina e Insurgentes en el norte y nororiente de la ciudad, asimismo el tránsito proveniente de los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán y Atizapán, congestiona diariamente el Periférico, la calzada de Las Armas y Vallejo, por citar algunos casos, sin estar exentos el sur y poniente de la ciudad donde la calzada de Tlalpan, la avenida Insurgentes Sur , Constituyentes o Reforma se encuentran igualmente saturados de tránsito local y metropolitano.
Parque vehicular. En la ZMVM vivimos casi 20 millones de habitantes, y tan sólo en el DF existen matriculados 3.5 millones de vehículos con un incremento de 11 por ciento anual.
Crecimiento de la red vial Es imposible que la infraestructura de las vialidades crezca al mismo ritmo del parque vehicular, y cada vez resulta más difícil construir grandes obras de infraestructura vial y de transporte por el impacto social y, en su caso, afectaciones a vecinos y comercios, por lo que cabe destacar que las obras más importantes de los últimos 30 años para mejorar la movilidad en la ciudad son: la construcción de los 31 Ejes Viales (328 km), construcción de pasos a desnivel en vías de acceso controlado como Periférico, Circuito Interior y en contadas vialidades primarias como es el caso del Eje 3 Oriente, se destaca también la obra más reciente de los segundos pisos, que construyó la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Rezago del transporte público En la ciudad, el transporte público de superficie realiza del orden de 12 millones de viajes persona al día, adicionales a los casi cinco millones que realiza el Metro. De 1982 a 1999 se municipalizó al pulpo camionero, logrando un avance sin precedente ya que llegó a contar con más de siete mil autobuses, en 1986, ofreciendo un transporte digno a una tarifa accesible, después se quebró la R-100 y hasta 1999 se pudo recuperar para la ciudad el transporte de superficie del gobierno con la Red de Transporte de Pasajeros (RTP). En 2005 surge la primera línea del Metrobús en la avenida Insurgentes. Si reflexionamos en lo anterior, en función del tiempo, el rezago es de al menos 30 años, y es un milagro que el transporte funcione en medio de decisiones tan pendulares.
Impacto de las obras de infraestructura Para todos los ciudadanos es claro que no se pueden hacer todas las obras al mismo tiempo. Estamos de acuerdo que la ciudad necesita infraestructura, nadie lo niega. Lo que no se puede es hacer al mismo tiempo, en la misma región, afectando grandes zonas con los mismos pares viales y las vialidades primarias.
Falta de visión integral del problema de congestionamiento Es obvio que existe una falta de planeación y coordinación entre los responsables de las obras viales, de infraestructura, de transporte y la policía, lo cual dificulta la continuidad del tránsito y propicia severos asentamientos viales y un tráfico en el que es, casi imposible, ver algún elemento de Tránsito agilizando la circulación.
Medidas de solución Las grandes ciudades “que también registran congestionamientos” y que han corregido el rumbo en materia de tránsito, saben que las soluciones están vinculadas a una adecuada planeación urbana de largo plazo, a una sostenida política de transporte urbano de pasajeros y a las medidas que tiendan a reducir los privilegios del vehículo particular. Todas las correcciones que se hagan requieren de ceder algunas libertades en beneficio del interés común y no se pueden hacer sin sacrificio. Enlistemos algunas de las medidas para mitigar el impacto del tránsito y disminuir los tiempos de viaje, algunas de ellas novedosas para la ciudad y otras que, aunque exitosas, se han omitido, desestimado o dejado al olvido:
Mejoramiento del transporte Desestimular el uso del automóvil, hacer un uso racional y eficiente de éste y que el conductor tenga presente que se puede caminar en tramos cortos e inclusive viajar con más de una persona.
Dar prioridad al transporte público. El Metrobús es un gran acierto de las últimas dos administraciones, aunque auguro que no podrá crecer más allá de ocho o nueve líneas, alcanzando una capacidad total del orden de dos millones de viajes.
Reorganizar el transporte público de superficie, los famosos micros, pues hacen las paradas en donde se les ocurre y sus lanzaderas y paraderos están siempre en la vía pública, restando espacio vial y generando desorden por falta de infraestructura dedicada. Existen más de mil 200 derroteros que operan rutas del DF, con sus variaciones y sigue siendo el principal músculo que garantiza la movilidad de los capitalinos, por lo que es necesario reconocerlo y poner énfasis en lograr su desarrollo y esquemas como el Metrobús son sólo una parte de ello.
Incentivar el uso de las bicicletas, la construcción de ciclovías. El uso de la motocicleta, nos guste o no, será una opción más para garantizar la movilidad y va a requerir de mayor educación vial de los motociclistas.
Desarrollar un programa de reubicación geográfica de la gente con su trabajo, su escuela y sus actividades primarias. Es decir, posibilitar que gente trabaje cerca de donde vive, lleve a sus hijos a la escuela más cercana, haga su mercado en el centro de abasto de barrio. Y disminuir o evitar los desplazamientos innecesarios.
Se requiere una política integral que propicie la masificación del transporte escolar. Bajo principios rectores que logren dar acceso a los alumnos de escuelas públicas y privadas en igualdad de condiciones.
Mientras soslayemos que el transporte escolar es un instrumento preciado para reducir el tránsito vehicular, no lograremos tener impacto en la vida urbana y seguiremos pensando que el transporte escolar es sólo para los niños de las escuelas privadas.
Una empresa de transporte escolar que lleve a los niños de las escuelas públicas a los centros de entretenimiento, deporte, cultura y recreación como ya ocurre desde hace casi 10 años en la delegación Gustavo A. Madero.
¿De qué tamaño es la aportación que puede hacer el transporte escolar en un programa que lo masifique?
Pues sólo pensemos un momento qué tanto disminuye el tránsito cuando los pequeños salen de vacaciones y cuánto repercute cuando regresan a clases.
Operación del tránsito Es importante reinventar la gestión del tránsito urbano con una nueva entidad reguladora del gobierno que con una visión integral, unifique los criterios de la planeación, proyecto y operación de las vialidades, que termine con la anarquía de quienes ponen los topes o quieren controlar los semáforos en cada esquina. Las tareas de esta nueva entidad podrían ser:
Aplicar criterios de ingeniería para optimizar la operación y el uso de nuevas tecnologías para la administración y control del tránsito, adecuar la operación de la infraestructura vial a las necesidades actuales de movilidad, por ejemplo, si sabemos que los movimientos son pendulares en la mañana y tarde, integrar una red de carriles reversibles, implementar pares y vueltas inglesas, ampliar la red vial primaria para recorridos alternos, multiplicar la habilitación de corredores peatonales y ciclovías, aplicar programas de contingencias por eventualidades, racionalizar el número de paradas del transporte público, habilitación de bahías entre otros.
Culminar la red computarizada automática del sistema de semaforización de la ciudad que actualmente opera sólo el primer cuadro. Tenemos tres mil 76 cruceros semaforizados y su cobertura es sólo en la parte central de la ciudad, con mil 246 cruceros.
Hay que emplear la tecnología de los teléfonos celulares, pues la fibra óptica avanzará muy lento.
Incorporar nuevos programas o software inteligente que mida la densidad del tránsito, sincronice los semáforos y privilegie el flujo hacia aquellas vialidades que garantizan la movilidad de la ciudad.
Aprovechar toda la infraestructura y equipamiento que tiene la Policía del DF. Por ejemplo, es raro ver volar a Cóndores en el auxilio vial diario, en las horas críticas en donde los automovilistas se desesperan por no llegar a su trabajo o a su casa a descansar. El equipo está ahí, cuesta casi lo mismo si vuela o si se queda en tierra, los boletines de mantenimiento hay que pagarlos de todas maneras. Estoy cierto que son mucho más baratos que los millones de pesos de horas-hombre perdidas en el pesado tránsito de la ciudad.
Renovar, con todo entusiasmo al cuerpo de la Policía de Tránsito. Este agrupamiento que los años 60 fue de gran prestigio en la ciudad, se encuentra en un aletargamiento y es impostergable su renovación completa, con un retiro decoroso para los elementos en activo.
Acabar con la simulación en el levantamiento de infracciones y que todas las que se levanten se hagan con fotografías o videos y con la mejor tecnología disponible. Como ocurrió con las Hand Held, las cámaras para detectar vehículos con exceso de velocidad (cinemómetros de velocidad).
Se tiene que respetar y hacer cumplir el Reglamento de Tránsito Metropolitano y no dejar que poco a poco se convierta en letra muerta, como empieza a pasar con varios de sus artículos que fueron de avanzada y que frente a la abulia y la omisión, se vuelven ignorados por todos. Incluso por la autoridad.
Concientizar a los automovilistas de que la doble fila es mortal para la vialidad de la ciudad. Por ello hay que incorporar más grúas, por impopulares que sean, con cámaras que filmen todos los arrastres, GPRS y terminales Hand Held para cobro en el lugar, con tarjeta bancaria y una buena supervisión que elimine cualquier abuso.
Evitar el estacionamiento en la vía pública, principalmente en las zonas críticas. Establecer vialidades alternas libres de estacionamiento en vía pública para aquellas rutas que son colapsadas constantemente con marchas y plantones, ganar espacio para agilizar el tránsito y recuperar capacidad de vialidad.
Adecuaciones viales Diseñar más vueltas a la izquierda o de flujo continuo, que no son onerosas, resuelven conflictos y nudos viales.
Los puentes deben ser solución en donde la saturación vial, el espacio urbano, no de más alternativa y verdaderamente se justifique.
Adecuar las entradas y salidas a las vías de acceso controlado.
Adecuaciones geométricas a nivel en cruceros conflictivos.
Construcción de vialidades y puentes Completar los ejes viales que quedaron a medias, recuperar los carriles de contraflujo para el transporte público estatal y concesionado.
Construir, en serio, más estacionamientos a precios accesibles. Existen muchas colonias y regiones de la ciudad que están colapsadas por falta de estacionamiento.
Todas las medidas son complejas y tienen un costo social y político, pero se tiene que hacer jerarquizando, de acuerdo a los recursos disponibles y a la capacidad desarrollada, por el gobierno de la ciudad para resolver la problemática.
Bien vale la pena, no esperemos que la ciudad se colapse y se caiga en la anarquía del tránsito, con el consecuente deterioro de vida para los capitalinos.
Vialidad Los problemas de exceso de tráfico en las calles y avenidas del Distrito Federal podrían resolverse si se considera:
Urge encontrar un nuevo balance para el mejor aprovechamiento del espacio vial disponible y generar nuevos escenarios de convivencia más racional.
La red de 11 líneas del Metro en operación presenta deficiencia de origen en su planeación, ya que tres de ellas cubren 54 por ciento de su demanda total, de cinco millones de usuarios.
Diseñar una adecuada planeación urbana de largo plazo y una sostenida política de transporte urbano de pasajeros.
Establecer medidas que tiendan a reducir los privilegios del vehículo particular.
Dar prioridad al transporte público.
Incentivar el uso de las bicicletas y la construcción de ciclovías.
El uso de la motocicleta será una opción más para garantizar la movilidad y va a requerir de mayor educación vial de los motociclistas.
Desarrollar un programa de reubicación geográfica de la gente con su trabajo, su escuela y sus actividades primarias.
Establecer una política integral que propicie la masificación del transporte escolar, en escuelas públicas y particulares.
Aplicar criterios de ingeniería para optimizar la operación y el uso de nuevas tecnologías para la administración y control del tránsito.
Integrar una red de carriles reversibles en las vialidades donde sea posible.
Multiplicar la habilitación de corredores peatonales y ciclovías.
Racionalizar el número de paradas del transporte público en todas las vialidades por donde circula.
Concluir con la instalación de la red computarizada automática del sistema de semaforización.
Instalar nuevos programas o software inteligente que mida la densidad del tránsito.
Aprovechar toda la estructura para la atención vial de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, como la Subsecretaría de Control de Tránsito y el uso de los helicópteros del Agrupamiento Cóndores.
Reforzar la participación de grúas para evitar la obstrucción de vialidades por parte de los automovilistas.
Construir nuevas vialidades.
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