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En defensa del patrimonio urbano de la ciudad

Las Lomas de Chapultepec es un fraccionamiento residencial diseñado y desarrollado en los años 20's, sobre las colinas ubicadas al poniente de la ciudad, bajo el concepto urbanistico suburbano americano de la epoca, respetando la orografia y los collados que permiten el drenaje natural y areas de absorcion del agua de lluvia; se le doto con parques, calles amplias y avenidas jardinadas, que siguen las curvas de nivel del terreno, lotes grandes y reglamentaciones para mantener la densidad de construccion baja con mucho jardin, casas abiertas con setos perimetrales bajos en lugar de bardas; se le dotó de varios centros de barrio para alojar comercios y servicios necesarios para los vecinos, a distancias caminables.
Al paso del tiempo, por sus cualidades humanas y urbanisticas intrinsecas, se convirtio en la mejor y mas prestigiada colonia residencial de la ciudad.
A partir de la regencia del Sr. Hank, y como consecuencia del cambio al uso del suelo en las 7 manzanas entre la Fuente de Petroleos y Prado Sur/Prado Norte, autorizado sin consultar a los vecinos y aprovechado por el mismo, inicia el deterioro y la destruccion de la colonia; se construyen edificios de oficinas, que trajeron poblacion flotante, muchos autos y con estos comercio informal y ambulante, los cuidacoches, invasion de las calles con autos estacionados durante todo el dia, y la saturacion del transporte publico.
Simultaneamente, en Bosques de las Lomas, cambian el uso de suelo a los lotes del circuito Ciruelos y Duraznos, autorizando edificios de oficina, con identicas consecuencias. La apertura del puente de Monte Libano a Tecamachalco primero, el de Cofre de Perote después y el llamado Puente Viejo, permitieron la invasion de la colonia por miles de autos de residentes en Tecamachalco, La Herradura, y mas recientemente Interlomas y los desarrollos inmobiliarios en esa zona del estado de Mexico, colonias desarrolladas sin planeacion urbana integral, sin dotarlas con vias de acceso independientes y perimetrales a Lomas de Chapultepec y Cuajimalpa. En el colmo de falta de planeacion, se desarrolla Santa Fe/Bosque de Lilas sin las vias de acceso necesarias, ni servicio de trasporte publico adecuado, y las calles de acceso, existentes desde hace años, no se arreglan para que opere un transporte publico de calidad y asi absorber parte del aforo vehicular que transita entre el sur poniente y Santa Fe/Lilas, sin ingresar a las Lomas, por tal motivo todos los automoviles atraidos a estos desarrollos son obligados a transitar por Paseo de la Reforma, Palmas y Virreyes, Constituyentes/Observatorio desde y hacia el Periferico, unica via para llevarlos al norte hacia Ciudad Satelite o al sur hacia San Jeronimo y Viaducto al oriente.
El problema tiene solución, pero ésta no es ampliar vialidades ni hacer obras que incentiven y faciliten la movilidad en automovil con 1 ocupante, sino en ofrecer transporte publico de calidad que transporta 200 personas por autobus y hacer que quien causa el congestionamiento, el automovilista, pague por ello, en beneficio de los mas.

viernes, 26 de marzo de 2010

Centro Histérico

Centro Histérico... por Jacobo Zabludovsky

Un médico decide operar a un hombre sano. Le entregaron los análisis, las radiografías, los ultrasonidos, las resonancias magnéticas, las endoscopías, las biopsias, los exámenes dermatológicos, las inspecciones de todos los orificios, el tipo de sangre y su historia clínica.
No cabe la menor duda: el hombre está sano. No necesita operación. No la necesita, pero el cirujano decide operarlo y lo opera.
La decisión del doctor sólo puede ser producto de una de dos causas. La primera, un diagnóstico equivocado. La segunda, el deseo de cobrar honorarios y distribuir beneficios entre enfermeras, anestesista, laboratorios, quirófano, hospital, rehabilitación y cuidados postoperatorios.
El doctor Marcelo Ebrard ha decidido despanzurrar el Centro Histórico, organismo sano, con el pretexto de un tranvía totalmente innecesario.
En el sexenio pasado, el Centro Histórico de la ciudad de México pasó de barrio descuidado, sucio, inseguro, a lo que es hoy: Patrimonio de la Humanidad, orgullo de los mexicanos, principal atractivo turístico del país.
Se le acaba de reemplazar la tubería de más de un siglo por una nueva y completa red subterránea de suministro de agua potable, drenaje y alcantarillado, ductos de gas natural, sistema de distribución eléctrica, fibra óptica, complejo de control del Metro. Desapareció la telaraña de cables que ensombrecía las calles, se estrenaron postes de luz, papeleras y bancas y se plantaron árboles, se aumentó la vigilancia, se recobraron viejas casas, se iluminaron las fachadas más bellas, se modernizaron los servicios para atender a un promedio diario de un millón de visitantes. Se le hizo hasta cirugía estética, por si algo faltara. Se cubrieron las calles con adoquín similar al de las de Roma, porque después de estudios y comparaciones se consideró el más adecuado para nuestro centro, por primera vez en la historia se nivelaron todas las banquetas. Un Centro Histórico sano.

El doctor Ebrard ha decidido despanzurrarlo para instalarle un tranvía de 26 mil millones de pesos que todos los mexicanos pagaremos con intereses durante 30 años. Entrega a particulares, como si fueran suyas, 11 kilómetros de calles y 20 mil metros cuadrados de terrenos adicionales. Lleva de la pobreza a la miseria a comerciantes, profesionistas y vecinos que durante los dos años de destrucción (que pueden ser cuatro, como Uruguay o Regina) tendrán que cerrar sus fondas, consultorios o viviendas.

El meollo del asunto es que el Centro no necesita el tranvía. No nos distraigamos con minucias anecdóticas, no nos perdamos en los vericuetos de la Base de Licitación que, debiendo ofrecerse libremente a quien se interese, se puso a la venta (me costó 9 mil 500 pesos pagados por adelantado en el banco HSBC) del 21 de diciembre al 5 de enero, cuando todo mundo está de vacaciones, en plenas fiestas de Navidad y Año Nuevo, dejando escasos 10 días hábiles para adquirirla.
El procedimiento y las dos semanas tan escogidas revelan un estilo tenebroso de dificultarle al público el conocimiento de la agresión alevosa y premeditada contra el lugar urbano más valioso de los mexicanos. El Centro Histórico está sano. No hay razón para abrirlo en canal con el pretexto de un transporte inútil. No hay una sola estación del proyectado tranvía, ni una, ni agregando sus dos terminales, que no tenga ahí mismo o muy cercana una parada del Metro que avanza al triple de velocidad, cobra la tercera parte de lo que cobrará el tranvía y está funcionando. Funcionan el metro, los autobuses de pasajeros, el trolebús, el turibús, los taxis, los bicitaxis. Todo el Centro Histórico tiene la comunicación que ofrece el plan tranviario sin necesidad de joder más a los jodidos.
El problema único del tranvía es que no se necesita.

Doctor Marcelo Ebrard: estás a tiempo. No te equivoques de diagnóstico y ahora me refiero al que la historia hará de ti. Puedes acudir al párrafo nueve de la Base de la Licitación titulado "Suspensión temporal o definitiva del procedimiento de la licitación", donde encuentras una solución digna para salir de la trama. Afirma en su párrafo: b): "Por razones de interés público o general".

Actúa con serenidad y prudencia y no por sentimientos que podrían ser producto de la histeria, definida por el diccionario como "comportamiento irracional de un grupo producto de una excitación". En la segunda mitad de los sexenios políticos, trienios de Hidalgo, se multiplican los casos conocidos de este mal. El tranvía en el Centro Histórico no es necesario. Es una verdad equivalente a razón de interés público, a razón de interés general. Cancela.
Aunque sólo sea para que quienes votamos por ti para jefe de Gobierno no nos sintamos traicionados.